Como mi memoria Ășltimamente no anda del todo lucida y me olvido de mirar el calendario, de repente en el tĂpico insomnio nocturno se me enciende la luciĂ©rnaga cerebral que me aplasta de golpe recordĂĄndome que he olvidado que es el cumple de una de mis mejores amigas. Lo fue desde el momento que entre por la puerta de la consulta de mi ginecĂłlogo, su jefe, cuando apenas tenia dos faltas, ella en el oficio de matrona me acompañó a lo largo de todo el embarazo, fue la primera que cogiĂł en brazos a mi hijo (y lo tuvo en brazos durante los cuatro dĂas de sanatorio, malcriandolo hasta el dĂa de hoy, hace ya 33 años).
Pongo pies en polvorosa o mas bien dicho en el suelo y salgo corriendo a la cocina ha preparar un bizcocho que se transforme con ayuda de mi poca imaginaciĂłn, en una tarta para compartir y agradecer su amistad.
Es un bizcocho de chocolate, con almĂbar de cointreau, relleno de curd de naranja y ganache de chocolate negro.
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