CUENTO DE UNA ILUSION

Erase una vez una niña pequeñita que pronto cumpliría 60 años y que desde hacia tiempo deseaba con todo su corazón un libro de cualquiera de las mejores Cake Designers del mundo y para ello, participaba en todos los eventos donde pudiera conseguir uno, pero los libros siempre se escapaban entre sus dedos.
Este año, como todos desde que había aprendido a escribir, elaboró cuidadosamente su carta para los Magos de Oriente, quizá demasiado extensa y algo egoísta, porque pedía cosas intangibles como la  paciencia, serenidad, tenacidad, ecuanimidad, pero también otras mas terrenales.
Desde hacía unos años venia observando que cada vez recibía menos y menos regalos y es que los Reyes Magos solo se ocupan personalmente de los niños hasta una edad concreta, el resto se desviaba a un negociado regentado por un solo Paje, que con la cantidad de trabajo que tenia, traspapelaba a menudo las cartas.
Curiosamente este  año vio como llegaban muchos regalos, algunos que ni tan siquiera esperaba (de estos hablaremos en otro momento) pero el mas increíble fue uno que en su ausencia trajo el Cartero Real .
Cuando llego a casa y vio el envoltorio se extraño enormemente, al abrirlo su sorpresa fue infinita y la emoción hizo que aflorara a sus ojos un torrente imparable de lagrimas que apenas podía contener y que fue acrecentándose a lo largo del día al saber quien era la "hacedora" del milagro, primero porque no se conocen personalmente, segundo porque el presente contenía algo tan mágico como la fe en el ser humano, en su bondad y amistad y tercero porque confirmaba que su creencia de que las Hadas existen no era equivocada y esta es de una de las mejores familias de hadas, la  llamada "Dama Blanca".
Un millón de gracias Damita Blanca. Aquí os enseño su regalo.

"Me ha asombrado saber que hay personas  que nunca han visto un gnomo. No puedo dejar de sentir pena por ellos.
Estoy  seguro de que deben tener algún defecto en la vista".

Axel Munthe