MIS CONEJOS "DE PASCUA"

Llevo cerca de un mes horrible, pero esta ultima semana ha sido espantosa, el cansancio y el malestar me han dejado absolutamente noqueada hasta el punto de que el miércoles desapareció de mi vida, se perdió en mi memoria y en mi cama.

A veces no puedo evitar que la rabia y la desesperación se apoderen de mi, hasta el punto que me dan ganar de cerrar con llave la puerta de la cocina y no entrar nunca mas, pero también me dan ganas de hacer lo mismo con el hall, el salón y atrincherarme en mi dormitorio con mis libros, mis cuadernos y el ordenador, meterme en la cama y no salir jamas.

Cuando el cansancio y el dolor me dan  tregua y tengo la fortuna de que esta a veces sea mas larga, me siento otra vez afortunada y feliz, aunque si es cierto, que a pesar de ello las fuerzas no son las mismas de antes de esta porquería de enfermedad.

Como yo siempre les cuento a los médicos, no es un cansancio "limpio" como el que uno tiene cuando hace ejercicio o sale a caminar al campo, o simplemente madruga y llega a casa matado después de una jornada laboral larga y agotadora.
Entonces te das un baño, te relajas y cuando te metes entre las sabanas dices, uff que alivio.
Al día siguiente estas fresca como una rosa o una lechuga, depende.

Este es un cansancio "sucio", que te inunda de pies a cabeza con la urgente necesidad, al menos en mi caso, de que no me sirve tan siguiera sentarme, me tengo que tumbar y en ese momento preciso y breve, siento alivio, un espejismo que dura escasos minutos, enseguida me duele todo el cuerpo, se hace nuevamente presente el cansancio y no se que postura adoptar.
A pesar de ello, debo permanecer reposando unas horas después de la comida, es inevitable, si no mi vida cotidiana no podría llevarla ni en mínimos.

Este asco de enfermedad no tiene cura  porque los laboratorios farmacéuticos no hacen estudios, consideran que el numero de pacientes es insuficiente para amortizar "sus" investigaciones y mucho menos comprar los medicamentos -claro esto no lo dicen en voz alta-.
Esta maldición se llama, Síndrome de Fatiga Crónica, en mi caso en grado IV, y la sufre mucha gente, entre ellos niños.

Pero la vida continua y con ella, los que están a mi alrededor y para ellos, por los ánimos de much@s de vosotr@s, y porque a veces también me sirve de relax y  no sentirme una inútil total, he aprovechado este respiro y que llega la Pascua para hacer estas galletitas y celebrarla, esperando poder realizar antes de  Semana Santa una idea que tengo en la cabeza para poder enseñárosla después.