LA PASCUA

De todas las costumbres pascuales, la mas popular es la de los huevos de Pascua.

Durante mucho tiempo estuvo prohibido comer en Cuaresma; no solo carne, tampoco huevos.

Por ese motivo el día de Pascua los cristianos asistían a la misa con canastas repletas de huevos, que los niños decoraban en los días previos, para bendecirlos y luego compartirlos con familiares y vecinos. Hoy en día se regalan huevos de chocolate decorados y con sorpresas en su interior.

Existe una leyenda que cuenta que cuando enterraron a Jesús, en el sepulcro que había donado José de Arimatea, dentro de la cueva había un conejo escondido y asustado, que veía llorar a la gente porque Jesús había muerto.

El conejo se quedó mirando el cuerpo de Jesús,  y cuando pusieron la piedra que cerraba la entrada se pregunto quién sería ese Señor a quien tantas personas querían.

Después de un día y una noche, el conejo vio algo sorprendente: Jesús se levantó y dobló las sábanas con las que lo habían envuelto. Desde el exterior, un ángel quitó la piedra que tapaba la entrada y Jesús salió de la cueva ¡más vivo que nunca!

El conejo comprendió entonces que Jesús era el Hijo de Dios y decidió que tenía que decir a todas las personas que lloraban, que  no tenían que estar tristes pues Jesús había resucitado.

Como los conejos no pueden hablar, se le ocurrió que si les llevaba un huevo pintado, ellos entenderían el mensaje de vida y alegría; y así lo hizo. Desde entonces, cuenta la leyenda, que el conejo sale cada Domingo de Pascua a dejar huevos de colores en todas las casas.

Una leyenda mas de la imaginación popular. En esta ocasión no es un conejo, es un pollito rodeado de todos los huevos que piensa regalar.

Que estos días de descanso sean provechosos para tod@s; unos en el recogimiento de las procesiones y otros en el esparcimiento de las playas. Buena semana a todos y hasta el lunes.